Wednesday, January 25, 2006

Del sábado 19 al domingo 20 de diciembre de 2005

Estaba en el estudio trabajando. Estaban Pablo, Gabriel y Nuria. Yo tenía a Hester, mi gata, conmigo. De repente entran una especie de soldados, con porte militar y me llevan a un campo de concentración. A mi y a mi gata. Pero no se deben haber dado cuenta que la llevaba conmigo. Los demás se quedan ahí, en el estudio.
El campo de concentración era mi colegio. A mi me ponen en un cuarto con una ventana que daba al patio. El curto tenia una o dos camas y lo compartía con Romina, otra Romina y mi prima, que por ser Lerma, igual que yo, por orden alfabético nos había tocado estar en el mismo cuarto. Las demás chicas Romina y Romina no tenían apellidos con L, pero igual estaban ahí. Tenía miedo, porque nadie sabía que me habían llevado ahí. Yo quería que alguien hiciera una denuncia y poder volver a mi casa. Me daba mucho miedo por mi gata, porque si se daban cuenta que la tenía conmigo me la iban a sacar. La había puesto adentro de un placard en forma de L, dentro de una bolsa de papel. Pero no tenía comida ni agua para darle y eso me desesperaba. Pasaron un par de días y decidí escaparme para conseguirle algo a la gata. Vi fuera de mi habitación dos pilas de sándwiches de miga, iguales. Si yo sacaba uno no iban a quedar las dos pilas idénticas y alguien se daría cuenta que faltaba uno. Pero me arriesgué y me lo llevé. En la habitación saqué a mi gata de la bolsa y con unos bolsos de mi prima y unas cajas tapé la puerta del placard para que no se escapara y pudiera caminar por ahí dentro. Después despedacé el sándwich y se lo di de comer. No lo comió muy desesperada, pero se lo comió. No hacía mucho lio por suerte. También le di un poco de agua con la mano.
Otro de los días entró a nuestra habitación un hombre rubio, militar, muy alto y grande y se puso en pelotas y empezó a bailar. Yo pensaba…”acá nos violan…”. Mi prima, Romina, Romina y yo estabamos sentadas en la cama, contra la pared mirando el espectáculo patético que estaba haciendo. Yo tenía miedo, pero sabía que no iba a hacernos nada, que nos quería asustar. Entonces empecé a hacer palmas como festejandole las pelotudeces que hacía ese imbécil.
En otro momento nos encontrábamos en el buffet de mi colegio, que era, como ya dije, el campo de concentración. Y sentadas en una mesa la veo a Margarita, una compañera del colegio, que muy bien vestida nos viene a hablar. No se bien que nos dijo pero parecía muy a gusto ahí dentro. Nos comentó de un problema con Brasil, que por eso estabamos ahí. Yo no entendía nada, porque me habían llevado a mi ahí, porque no estaban mis jefes, mi familia…? Yo que tenía que ver? Me enteré que una prima de Romina K. era brasilera y que estaba en el campo también, pero no quería irse, porque estaba de acuerdo con lo que sucedía, y se iba a quedar ahí por su país. Cosa que no entedí. Pero me chupaba un huevo, yo me quería ir de ahí con mi gata como fuera. Siempre me preocupaba que cuando yo no estuviera en el cuarto la descubrieran y se la llevaran.
Descubrí un día que Romina K. tenía una palm. Escondida. Pero la usaba siempre para chatear con un tal Leo. Al verla con el aparato dije…”prestamela YA le tengo que mandar un mail a mi mamá o buscar a mi hermano en el msn y decirle que hagan la denuncia…que estoy acá!!!” “no, no…” me contestaba…”esperá, ya te la presto…” Le pedí por favor que al menos le dijera a su familia, a alguien. Ella me dijo que le había avisado al hermano, pero igual no me quedé tranquila. Quería irme.
Lo último que pasño antes de que me liberen de una manera bastante mediocre fue que estabamos formadas en el bufett y un grupo de chicas se reian muy fuerte. En la punta de la fila había un general, enorme, malo, grande y con una fusta. Les preguntó de que se reían y no le contestaron. Siguieron riéndose. Les preguntó de nuevo y dejaron de reírse de a poco. Yo tenía al lado a Romina H. Muy en voz baja le dije “ A partir de ahora vos vas a ser mi psicóloga, te lo pido por favor, y yo voy a ser la tuya. Lo necesitamos”. Ella aceptó.
Y finalmente me liberaron, no se de que forma, a mi con mi gata, a Romina H. a Romina K. y a una amiga de ella. A la prima brasilera no, la iban a liberar pero seguía con eso de que se quedaba por su país.
La liberación fue de la siguiente forma. Llegaríamos en el colectivo 102 a Uruguay y Perón. Ahí me iba a estar esperando para recibirme mi mamá, mi papá, mi hermano e Iván. A Romina la familia de Romina, a Romina H no se y a la amiga de Romina K, el dinosaurio Barney. Yo traía a mi gata en la billetera. Y si el sueño parece demasido ilógico por muchas partes, bueno, entonces la coronación final es lo mejor de todo. Porque nuestro arribo a la libertad fue presentado por Marcelo Tinelli con un improvisado Show Match en esa esquina mientras bajabamos del colectivo y nos reencontrabamos con nuestras familias…o con Barney el dinosaurio.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home